viernes, 4 de enero de 2008

Epistola No. 1: Objeciones al término Humanismo

La Psicología ha experimentado, sobre todo entre sus herederos latinoamericanos, un desmedido y exacerbado afán clasificatorio y nominal que se traduce en un sin fin de nombres y uso de terminos denotativos, los cuales más que orientar llenan de confusión y de una complejidad innecesaria al mundo de la ciencia.

Uno de estos términos, con el cual se identifica a un enfoque psicológico muy conocido en nuestro medio es el término HUMANISMO.

Dicho término aparece por primera vez en Italia en el siglo XIV como la rama literaria del Renacimiento. Deriva su nombre de la palabra latina humanitas, empleada por Cicerón para traducir la noción de la paideia griega, la cual se había convertido en la época de la república en el modelo de la educación de los romanos.

De ésta manera, el humanismo implicaría una vuelta a la antiguedad clásica. Pero más que una vuelta a la lectura de los clásicos, la retórica y la poética, lo que se buscaba era dirigir la atención hacia la humanitas, hacia la naturaleza humana, es decir, hacia el ser del hombre. Todo esto con un caracter instrumental, en tanto fuese una vía de oposición al imperio de lo divino, resquicio del medioevo tardío que aun persistía.

Sin embargo, históricamente el sentido del humanismo adquirió matices y sentidos distintos: Al humanismo contestatario del siglo XIV se le denominó Humanismo Renacentista; al humanismo heredero de Kant y Fichte e impulsado en el siglo XVIII y XIX por Goethe, von Humbolt y Holderlin se le llamo Neohumanismo; al humanismo como reacción al positivismo, liderado por Werner Jaeger a finales del siglo XIX se le llamó tercer humanismo; al humanismo de Karl Marx que estuvo en contra de los anteriores humanismos, en tanto instrumentos de inhumanidad e injusticia, se le denominó humanismo positivo; al humanismo no tomado como movimiento cultural sino como posibilidad del hombre particular en Jean Paul Sartre, se le llamó humanismo existencialista; y finalmente Heidegger se opondría a esta última forma de humanismo en su carta sobre el humanismo en 1947.

La pregunta del debate es la siguiente: ¿Qué sentido de precisión en lo relativo a objeto y método, ofrecería el término humanismo a una forma de psicología contemporánea?

2 comentarios:

Unknown dijo...

Estimado Dr. Jaime Sánchez
Me interesa mucho ponerme en contacto con usted.
Soy psicólogo clínico acá en México, y trabajo desde la psicología humanista, específicamente desde el enfoque centrado en la persona.
Me gustaría intercambiar algunas palabras con usted.
Le dejo mi correo: javi.armenta@gmail.com
Reciba un saludo cordial

Javier Armenta

Jaime Sanchez Garcia dijo...

Estimado Colega Javier Armenta, ya hace mucho tiempo que usted me escribió interesado en establecer contacto. Me permito agradecer su interés y anunciarle que en los proximos días le escribirpe asu correo. Un cordial saludo. Prof. Jaime Sánchez